Los zoológicos son hoy más importantes que nunca: si no existieran, tendríamos que inventarlos sin dilación. En el caso de muchas especies animales, garantizan su continuidad y ayudan a proteger la biodiversidad. Un alegato a favor de los zoológicos.
Por qué estar a favor del zoológico
De los ocho millones de especies animales y vegetales del entorno, un millón están en peligro de extinción. Esta es la mayor extinción de especies desde la extinción de los dinosaurios y está causada por los humanos.
No todos los zoológicos son iguales. La definición exacta de zoológico en Alemania es la de institución permanente en la que se mantienen animales vivos de especies salvajes para su exhibición durante un periodo mínimo de siete días al año. En este contexto, el público en general también percibe como zoológicos las grandes reservas de caza, los pequeños recintos privados y las colecciones de aviarios. Además de estas colecciones zoológicas, también hay zoológicos gestionados científicamente.
Animales que se habrían extinguido sin el zoo
Cada día se extinguen irremediablemente 150 especies animales. Muchos reptiles, como las tortugas, los lagartos y las serpientes, ya han desaparecido de nuestro planeta en numerosas subespecies. La diversidad del entorno de las aves también se reduce casi a diario. También en Alemania la extinción de especies está afectando a muchas especies animales, por ejemplo nuestras marsopas o murciélagos. Casi a diario oímos hablar de las elevadas pérdidas de nuestras especies de insectos.
Los zoológicos gestionados científicamente practican tanto la conservación de especies ex situ como la conservación de especies in situ. La cría ex situ implica la cría internacional, que se coordina y organiza a partir de los libros genealógicos. La conservación in situ de las especies implica esfuerzos de conservación en el hábitat natural en los países de origen de los animales.
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Los maravillosos paraísos naturales que les gusta imaginar a los críticos de los zoológicos y a los activistas de los derechos de los animales no existen, por desgracia, desde hace mucho tiempo. Los lugares vacíos donde los animales saltan alegremente por la naturaleza virgen y libre son, por desgracia, imágenes de tiempos pasados. Hay una razón, como un ejemplo entre otros cien, por la que cada rinoceronte de los parques nacionales africanos tiene un guardaespaldas en forma de guardabosques a su lado. Sin una guardia constante, las cosas estarían igual de mal para nuestros grandes simios. Lo mismo ocurre con los tigres, los elefantes, los leopardos de las nieves y muchas otras especies que son cazadas furtivamente sin protección.
En contra de lo que se afirma, los zoológicos gestionados científicamente se esfuerzan por mantener a los animales lo más adecuadamente posible para su especie, según su conocimiento y creencia. Al fin y al cabo, la mejor cría posible también presupone el éxito de la reproducción. El hecho de que un zoológico gestionado científicamente tenga que generar ingresos mediante el pago de entradas para mantenerse no debería ser un problema. Todas las demás empresas hacen lo mismo, y no tiene nada que ver con el afán de lucro en detrimento del animal. Un ejemplo: el zoo de Colonia tiene unos costes de 5000 euros al día. Estos fondos deben generarse primero para mantener el zoológico en funcionamiento.
Si no existieran instituciones zoológicas y acuarios gestionados científicamente, muchas más especies valiosas ya habrían desaparecido de nuestro planeta. Los zoológicos y acuarios bajo el paraguas de WAZA y EAZA están diseñados para salvar a los animales de la extinción durante los próximos 200 años. Con la esperanza de que algún día puedan ser reintroducidos en la naturaleza, la motivación para hacer lo mejor por los animales aumenta cada día.
La importancia de los zoológicos en la conservación y educación
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